TEOTIHUACAN
Es domingo y no es el mejor día para visitar las pirámides de Teotihuacan, “donde los hombres se convierten en dioses”, una de las mayores ciudades prehispánicas de Mesoamérica, ya que hay muchísima gente, pero el sitio es muy muy amplio y se puede caminar sin demasiados agobios por toda la zona arqueológica eso sí, la cola para la pirámide del Sol es kilométrica.
Aún no se conoce cuáles son sus orígenes exactos ni porqué llegó al colapso esta ciudad que alcanzó los 200.000 habitantes, lo que hace que escalar las pirámides del ‘Sol’, de la ‘Luna’ o caminar por la ‘calzada de los muertos’ de más de 2 kms de longitud y 40 metros de ancho, sea aún más enigmático y lo envuelve todo en un halo de misterio, mientras que desde el punto más alto de la pirámide te preguntas quiénes y cómo pudieron construir algo así allá por el año 300 a.C.
Para rematamos la jornada, cenamos en un restaurante excavado en una gruta cercana que aunque también se encuentra atestado de gente, es una experiencia única por el colorido que reflejan las luces en contraste con la húmeda piedra del interior de la cueva.