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Dakar – SENEGAL (10 Marzo 2018)

Dakar – SENEGAL (10 marzo 2018)

Tras 58 horas de aeropuertos, 6 aviones, escala técnica en casa de Deng (de los SOCIOSHD) en Madrid, por fin, y con un ‘jet lag’ importante, llego a Dakar a las 4 de la tarde de un sábado. El nuevo aeropuerto (de apenas 1 año de antigüedad) está casi vacío, ya que se encuentra muy retirado de la ciudad y en medio del desierto. Me dirijo a información para preguntar por el paradero de la moto, pues había llegado varios días antes que yo. El idioma no ayuda en la comunicación con la chica que está en el mostrador pues el inglés no es muy fluido por aquí y mi francés es nulo. Pido que me apunte en un papel lo que intenta decirme y me dirijo a cambiar moneda, unos 150 €.

En esas, se me acerca un tipo con traje y corbata chapurreando inglés, acepto su ayuda y nos vamos a un taxi. Tras unas cuantas llamadas en las que no entendía nada, llegamos a la conclusión de que la moto está en “Aerogare Fret”, que debe ser como la terminal de cargo, o algo así.

Llegamos a la puerta y está cerrado hasta el lunes, pero aparece otro hombre, no sé de donde, y nos dice que vayamos por detrás. Allí sí estaban trabajando, llevando paquetes de un lado para otro. Sale un encargado y nos lleva a su oficina, dice que los papeles deben estar por allí, entre el desorden. Por fin aparecen al final de uno de los muchos montones, estando anotado que tengo que pagar unos 90 dólares por el traslado de la moto. Le pido un recibo y me dice que me lleve la moto y venga el lunes a por el recibo. También le indico que me tiene que dar un documento para circular por el país por lo que me lleva al despacho de un ‘jefe’.

Enseño el Carnet de Passage (CDP) para que me lo sellen y no sabían lo que era, tras unas cuantas explicaciones y llamadas a la central de Aduanas, aparece otro jefe de rango superior. Finalmente me lo sellan, tras ‘pagar’ por hacer trabajar a los jefes un sábado por la tarde.

Con el CDP llegamos al hangar donde debe estar la moto, pero al jefe de allí no le gusta el sello, dice que no se ve lo suficiente. Así que dos de los tipos regresan donde los dos jefazos y, tras una larga espera, vuelven con el sello, pero colocado en un lugar equivocado, en concreto, en el sitio donde debe ir el sello de salida del país … GRAN CAGADA!!! Entro en cólera, creo que es la única vez que he perdido la calma en todo el viaje, y es que en la frontera de salida por tierra no podrían sellarme el CDP, siendo un problema para sacar la moto, con la consiguiente pérdida del Aval, cuyo importe no es poco, precisamente.

Volvemos todos a la vez a la oficina de ‘los jefes’ y decidimos dar por cerrada esa página del CDP (como si hubiéramos hecho la importación/exportación en el mismo aeropuerto) y abrir otra nueva. En fin, espero que cuando presente la documentación en el RACE, en España, no me pongan inconvenientes y me devuelvan el dinero del aval.

Tras desembalar la moto, que venía medio caída y con los plásticos, pantalla y velocímetro dañados por haber estado bajo el sol del desierto varios días, todos se arremolinan a mi alrededor para pedir su comisión. Pago al taxista y al intermediario y apenas me queda algo para echar gasolina e intentar llegar a Dakar, que está a casi 70 kms de distancia.

En la puerta del aeropuerto me para un gendarme y empieza a hacer preguntas para intentar pedir también su parte, pero se ve que era novato, ya que tras la pregunta de: “¿Tienes papeles?” y mi respuesta “Sí, los tengo”, se quedó cortado y me dijo … “Ok, continúe”

En la gasolinera de en un pueblo perdido en el desierto, sábado noche, con mucho movimiento de gente local, niños, burros, y viejos camiones, imposible pagar con tarjeta y con la moneda local que me queda no creo que dé para llegar a Dakar, pues en el depósito apenas debe quedar un litro (pues así lo exigían las normas del envío en avión), por lo que pagué con un billete de 20 euros no aplicándome muy buen cambio.

Al llegar a la ciudad, bien entrada la noche, y tras pagar 3 o 4 peajes, me tuve que tragar el atasco del sábado noche de casi 2 horas, llegando al hotel, bastante caro también, a las tantas. Me fui a dar un paseo por las calles para encontrar algo para cenar, cruzándome con gente con caras de pocos amigos, qué diferente es todo a Sudamérica.

Aquel día quería salir de Senegal cuanto antes, menos mal que al día siguiente, la cosa cambiaría.

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