Trujillo – PERU (22 octubre 2017)
Es domingo de censo nacional, así que las carreteras están casi vacías pues todo el mundo debe permanecer en sus casas para que pasen a hacerle las preguntas pertinentes. Por suerte, los extranjeros que estamos de paso nos libramos del trámite, o éso creía yo, porque en uno de los peajes me ‘obligaron’ a censarme, aunque de las 46 preguntas oficiales, se quedaron en unas 20, pues la chavala se dio cuenta de lo absurdo de la situación.
En uno de los numerosos socabones que hay en la carretera, escuché un ruido raro en la suspensión trasera pero no le di mayor importancia, recorriendo a buen ritmo los 100 kms que me quedaban hasta Trujillo por la panamericana, la cual transcurre paralela a la costa con un fuerte viento lateral, viendo como la arena cruzaba de un lado a otro de la carretera.
Al llegar a la casa de Francisco y Evy, de la red M.A.I. Perú, comprobamos que el amortiguador trasero está ‘botando’ aceite y al observarlo bien, vemos que el tornillo que lo sujetaba se ha partido por dos sitios, quedando sujeto apenas por 1 milímetro, no sé cómo ha aguantado, la verdad!
Así que al día siguiente nos plantamos en el taller de Jhony, Solomotos Racing, para solucionar la avería, pero no era sólo el tornillo, sino que también el soporte del amortiguador estaba partido, debiendo fabricar la pieza un tornero, que se demoró un par de días pues el primer intento no salió muy fino.
Además, el retén estaba dañado por trabajar de lado el amortiguador, no siendo fácil encontrar un retén adecuado en toda la ciudad, y mucho menos los rodamientos del triángulo de la suspensión, que tras 25 años de uso intensivo, ya habían dado de sí todo lo que tenían que dar. De los 5 ‘rodajes’ que lleva sólo pude encontrar uno, que lo enviaron desde Lima, así que el resto, como son de agujas, hemos tenido que repararlos. Todo ésto, buscando repuestos por la ciudad de Trujillo, al principio yendo de paquete con uno de los chicos del taller, pero luego me dejaron una pulsar 200, sin freno delantero y sin espejos, pero así me mimetizaba con el entrono pues todo el mundo va de esta guisa por aquí.
Además, meter el aceite y el aire en el amortiguador no es posible pues se necesitan muchas atmósferas de presión, así que el maestro Jhony ideó un sistema taladrando el amortiguador y poniéndole una válvula de cámara para poder metérselo.
Todo ésto se demoró una semana que he pasado en casa de Fran y Evy, que pacientemente me han soportado, coincidiendo un par de noches con otros viajeros, ‘Los Triple P’, tres colombianos que han bajado hasta el salar de Uyuni y ya están de regreso.
Finalmente la moto quedó arreglada y aproveché el último día para hacer algo de turismo por las Huacas del Sol y la Luna, dejando Chan-Chan para otra ocasión. Además, el sábado noche estuvimos de ‘rumba’ en el cumpleaños del cuñado de Evy, pasando una divertida noche con toda la familia y allegados. Muchísimas gracias por aguantarme durante toda una semana en vuestra casa y gracias por apoyar a tantos y tantos motoviajeros que pasan por Trujillo.
PD: Si de nuevo se cierra la puerta con las llaves dentro, avisadme y vuelvo a saltar la tapia con la escalera del vecino, aunque esta vez le pediremos permiso.