Caraz – Cañón del Pato – PERU (29 oct 2017)
Contento porque ya tenía el amortiguador reparado, enfilo camino a Caraz para atravesar el famoso Cañón del Pato.
La primera parte de la ruta discurre tranquila paralela a la costa con interminables rectas y dunas a ambos lados de la carretera pero a unos 150 kms, el camino hace un giro de 90º y se adentra de nuevo hacia los Andes … comienza el espectáculo: paisajes que parecieran de otro planeta mientras el camino acompaña al río Salta, con kms y kms de disfrute entrando ganas de parar en cada curva para tomar fotos y más fotos, pero justo cuando comienza el cañón del Pato, una ruta de unos 50 kms con más de 30 túneles excavados a mano en la piedra, comienza a llover intensamente coincidiendo, de nuevo, con la pérdida de la amortiguación trasera.
Paré en el primer pueblito que encontré para ponerme el traje de agua y evaluar la situación; un señor me ofreció quedarme a dormir en su local pues me decía que esa carretera con lluvia era peligrosa porque suele haber rocas que se desprenden de las montañas pero aún me quedaban dos horas de luz y sólo 50 kms hasta Caraz donde me estaba esperando Víctor para darme alojamiento, así que decidí tirar, aunque no pude disfrutar plenamente de la ruta por la lluvia y la preocupación de la avería.
Al día siguiente llevé la moto a un taller y tras ponerle aceite al amortiguador, un 10-30 pues no había hidráulico, decidí hacer la ruta del cañón de nuevo para probar la moto. Sólo decir que es una de las mejores rutas que he realizado en mi viaje … con éso creo que está dicho todo, recomendando a todo motorista que pase por Perú que no se la pierda, y si además es en compañía de Víctor, su novia y Lucho, su hermano, mejor que mejor.
Este cañón está formado por el río Salta que separa la cordillera Blanca (llamada así por sus montañas nevadas, con una altura de 6.500 metros) y la cordillera Negra, separadas ambas en su punto más cercano por tan sólo 6 metros, discurriendo la carretera por ahí … te puedes imaginar.
Otro punto que no debes perderte es la laguna Parón, 30 kms de dura subida off road hasta llegar a los 4.200 metros de altitud, pero las vistas de sus aguas turquesas con los nevados de fondo hacen que merezca la pena cualquier esfuerzo, como el de una pareja de ciclistas colombianos que adelanté a la subida y cuando yo ya regresaba aún les quedaban 9 kms hasta la cima. Me paré un rato con ellos por si necesitaban algo y me dijeron que “comida”, así que les di las galletas y sobres de pasta que llevaba porque estaban desfallecidos, dándome efusivamente las gracias a la vez que me indicaron que era la ruta más dura que habían realizado desde que iniciaron su periplo.
El amortiguador aguantó bien los 60 kms del camino de cabras pero no así la bomba de gasolina. De nuevo se volvió a reproducir la avería de un año atrás en Mongolia, pero esta vez ya me sabía el truco para continuar hasta el taller más cercano: llenar una botella con gasolina y poner una manguera directamente hasta los carburadores, así pude llegar hasta un taller donde lijamos los platinos y aparentemente quedó funcionando.
Por cierto, la gasolina por aquí tiene un sabor no muy amargo, je!