17 de junio. Taller en Grecia y Entrada en Turquía

Tempranito estaba el tío en el taller Honda que me habían buscado desde córdoba los amigos de BOX77, pero más que un taller era una tienda de recambios, así que me fui a otro que había visto en la misma calle y que tenía pinta de taller de los de ‘toda la vida’, y acerté porque el trato ha sido exquisito desde el primer momento y los más importante, han solucionado la avería.

Tras una primera revisión, el regulador estaba correcto y la batería también, así que el problema vendría de las conexiones. Efectivamente, tanto la que sale del regulador como la que viene del alternador estaban bastante quemadas y a pesar de que no tenían en el taller recambios para dichas conexiones, los han fabricado ellos.

Una vez montado todo, los testeos de carga eran correctos, así que todo ok. Son las 13.00 horas y me quedan casi 500 kms hasta Estambul, con un sol de justicia en la carretera que hace que el ritmo no sea muy alto.

Última parada en Grecia para echar gasolina muy cerca de la frontera en un pueblo perdido de la mano de Dios y con 50 grados a la sombra. He sacado el termo del café y le he ofrecido al hombre que me ha atendido, pero ha declinado mi oferta, en cambio ha puesto una silla al lado de la suya para que me sentara. Me pregunta si hablo griego o turco, y le digo que solo ‘spanish o english’, así que nos hemos quedado allí sentados los dos sin decirnos nada, pero sin necesidad de ello.

En la Frontera para salir de la UE, algo les ha olido raro, y no era el chorizo que aún me queda. Me sacan de la fila y me preguntan que ‘por qué he pasado por Albania’ … ‘que a qué me dedico’ … ‘que si he hecho algo ilegal en Albania’ … ‘seguro?’ … ‘Puede continuar’

En la parte Turca, más ventanas que visitar pero todo ok, aparte de preguntarme que qué llevo en los petates. Trámite pasado y feliz como una perdiz de pisar suelo turco, aunque el puente que une ambos países, totalmente militarizado, da ‘yuyu’

Autovía y autopista hasta Estambul donde no hay barreras en los peajes, debe ser algo parecido a los portugueses, así que seguido, pero al pasar por el último en Estambul han saltado las alarmas, la policía ha hecho un amago de seguirme pero al verme como iba de cargado habrán pensado que otro españolito que no se entera.

Para culminar el día, veo el partido de fútbol de la Eurocopa entre España y Turquía en la sede de un club de futbol. Me miraban raro, pero el único que se ha olido algo era el camarero que me ha preguntado que de donde era y le he dicho que después del partido se lo decía y se ha descojonado.

Es ramadán y la ciudad de noche está en plena ebullición, mañana a hacer de nuevo de turista y ver chinos por las calles.