2, 3 y 4 de Agosto de 2016 –ULAAN BAATAR
450 kms de puro trámite, en los que la moto no ha dado ningún problema a pesar del sol abrasador durante la ruta y también al cruzar los 20 kms de atasco en la ciudad. Era tal el calor, que en los semáforos pedía agua a los coches que estaban al lado. Esto, unido a la mala comida que me sirvieron en el último bar de carretera, hicieron que al llegar al OASIS GUEST HOUSE (hostal de referencia para motoristas que deciden descansar unos días en la ciudad) tuviera que acostarme, a pesar de que había buen ambiente por allí. Entre ellos, 3 chicos alemanes que también están dando la vuelta al mundo con sus flamantes nuevas ‘Africa Twin’, aunque Mongolia también les ha pasado factura y una de ellas tiene el mismo problema con los rodamientos que tuve yo hace ya más de un mes.
Al lado del hostal hay un taller y quedo con el mecánico para que al día siguiente le meta mano a la Africota y le haga un repaso general, que falta le hace a la pobre.
También están alojados un par de italianos que ya han terminado su ruta y envían las motos a su país metidas en un par de cajas, así que mientras vienen a recogerlas, estamos entretenidos.
Llega a al Hostal, Ricardo, otro chico español con el que había quedado por internet en vernos en Ullan Baatar. Dado que hay buen feeling entre ambos, y que él también se dirige hacia Vladivostok, decidimos que esa parte del viaje la haremos juntos.
Por la noche nos vamos de fiesta con los alemanes y los italianos y durante la cena se nos unen una pareja de americanos y otros 3 holandeses … Sólo decir que Ulaan Baatar se nos quedó pequeña esa noche y acabamos a las tantas de la mañana en un Karaoke, no digo más!! (Aclaro que los Karaokes en Asia son distintos a los de España. Aquí, estos locales tienen salas privadas donde grupos de amigos van de botellón a echar unas risas mientras cantan)
Al día siguiente, resaca importante, pero esa no es la peor noticia. Uno de los discos de freno delanteros de la moto está bastante doblado (probablemente de alguna de las caídas) y se come las pastillas. Dado que es imposible encontrar un disco en la ciudad, decidimos que la mejor opción es montar la pinza por fuera y continuar ruta con un solo disco de freno hasta que encontremos uno en alguna de las siguientes ciudades.
Aprovechamos la tarde para visitar el famoso ‘Black Market’, dónde se puede encontrar ‘de todo’. Recomendable darse un paseíto por el sitio
Por la tarde/noche aumenta el ambiente en el Guest House, y es que han llegado más motoristas: Holandeses, Americanos e incluso un español que llega a las tantas desde Japón, donde reside, y va camino de Valencia, pero con el mal cuerpo que tengo, decido retirarme temprano para al día siguiente estar fresco que nos espera una larga jornada para acercarnos lo máximo a la Frontera Mongolia-Rusia.