DEATH VALLEY National Park – 26 dic 2016
Parque Nacional cercano a Las Vegas aunque hay que tener cuidado con la gasolina pues no hay Estaciones de Servicio en muchos kms a la redonda y la que hay, está casi tan cara como en España, y tras de más de 6 meses pagando 50 céntimos por litro, se hace difícil pagar un precio tan elevado.
El parque presume de tener el punto más bajo de todos los Estados Unidos, concretamente, 86 metros por debajo del nivel del mar, lo que la convierte en la zona más calurosa de todo el país, pero será en verano porque hoy el frío es bastante intenso, tanto que da un poco de pereza quitarse los guantes y pararse a echar fotos.
Además de mucho frío, hay mucho turista y es que no estoy acostumbrado a ver tanta gente en los Parques Nacionales, lo que hace que cada parada la haga con un poco de desidia y no disfrute de las vistas como debiera. Lo mismo me ocurrió en el Gran Cañón … me estaré acostumbrando a la soledad?
Tras preguntar a un Ranger por un camping gratuito en el interior del Parque que había encontrado por la web oficial, me indica que sí, que está abierto, pero al llegar a la entrada del mismo (después de unos 80 kms) me encuentro con que la barrera está echada y además con candado pero hallo un paso por el que colarme a su interior aunque desde la carretera se ve la moto y la tienda de campaña.
Es casi de noche y estaba empezando a disfrutar de la tranquilidad cuando se detienen en la carretera 3 o 4 coches y se acercan a preguntarme si el camping está abierto. Les comento que el Ranger me dijo que sí y les explico el sitio por donde he entrado, así que al final nos hemos juntado allí 5 tiendas, pero con el frío que hace y la prohibición de hacer fuego, cada uno va a lo suyo y a las 6 de la tarde todo el mundo está en el interior de su carpa. Aunque antes de meterme en mi saco ojeo una vez más el maravilloso cielo repleto de millones de estrellas.
PD: Lo bueno de que haya tanta gente es que da la oportunidad de charlar con algunos de ellos ya que son muchos los que se acercan para preguntar por la moto y el viaje y así hacer nuevos amigos, por ejemplo, Amir, de San Francisco que rodaba por el Parque con su BMW F800; Ron y su familia, que acamparon junto a mí, ofreciéndome no sólo un café caliente por la mañana, sino su casa para alojarme a mi paso por Santa Mónica y otra familia con la que estuve charlando un rato mientras observábamos el paso de los cazas de combate volando entre los cañones y me indicaron un buen camping para quedarme en Monterrey.