LA PAZ (17-feb-2017)
De vuelta a La Paz a recoger los neumáticos que mi amigo ‘Bebo’, de Ensenada, me ha enviado por mensajería y cambiarlos en algún taller local. Elijo la casa Honda y mientras estaba conversando con el mecánico, un policía local llegó en su Kawasaki Ninja sin matrícula pues ‘alguien’ había reportado que había una moto aparcada en la rampa para minusválidos. La moto no estaba tapando el acceso de minusválidos pero igualmente me multó por estar en zona ‘roja’, así que me requisó mi Licencia internacional de conducir y para recuperarla tenía que pagar la multa en comisaría. Comenté lo sucedido a unos amigos y cuando me dirigía a pagar la multa, me llamaron diciéndome que me esperara y así lo hice; en apenas una hora, y gracias a la mediación de mi amigo, de nuevo tenía en mis manos la licencia, que por cierto no me han pedido ninguna vez en todo mi viaje.
Por la noche salimos a dar una vuelta con los nuevos amigos motoristas y acabamos en un garito donde había actuaba un grupo de rock local con muy buen ambiente, incluso me ‘obligaron’ a subir al escenario para que contase un poco de mi periplo por el mundo.
Agradecidísimo con Rubi y su familia por permitirnos dormir en su casa, sigo encontrándome magnífica gente por el camino y que me ayuda incondicionalmente. Al día siguiente, tras montar los neumáticos, no sin algún que otro problema pues el mecánico no era muy ducho, Yaneth y yo nos fuimos a comer cerca del malecón con la sorpresa final del postre con una vela, emulando una tarta de cumpleaños, muchísimas gracias por el detalle, no todos los años se cumplen 40 y se celebran dando la vuelta al mundo.