Puccio – Peru (10 nov 2017)
De Ica a Cusco hay unos 800 kms por carreteras de montaña y a una altura considerable, 4.000 metros, así que decido partirla en 2 jornadas. Tras despedirme de la motoposada de Dani, parto con algo de desidia pues esa noche es el partido Nueva Zelanda – Perú para la repesca del Mundial y seguro que habrá una buena fiesta en su casa. Parada obligada en las líneas de Nasca y continuar con mucho viento y frío por el páramo de Pampa Galeras, una impresionante altiplanicie donde apenas crece vegetación.
Me detengo a comer algo en un pueblito en un puesto de comida rápida que llevaban 2 señoras y con las que estuve conversando un ratito y acabaron regalándome un trozo de una especie de tortilla de patatas rellena de carne.
Al llegar a Puccio, compruebo que el hostal donde me instalo no tiene agua caliente en la ducha comunitaria, claro que por 5 euros no se puede pedir mucho más que un cuartucho, así que un día más sin ducharse no importa mucho, por lo que me dedico a explorar el pueblo para decidir donde ver el partido. No hay muchas opciones, o pantalla gigante en la plaza, o verlo en los billares, quedando descartada la opción de la plaza por el intenso frío que hace a la hora de comenzar el partido.
Cuando entré al local, todas las cabezas giraron hacia mí, y el más atrevido, y también más borracho, me preguntó que si era neozelandés, al responderle que era español, la cosa se relajó, je. Cuando pido una cerveza me la entregan junto con un vaso y un ‘bol’ de plástico, pensaba que era para las cáscaras de las pipas pero luego entendí que no, ya que en Perú la cerveza se bebe entre amigos, pero sólo con un vaso, dejando un culín que se tira al suelo a modo de limpiar la parte del baso por la que has bebido, así que aquí te dan el bol para que eches allí la cerveza, aunque nadie lo utiliza, tirándola todos directamente al suelo.