13 de junio. Perdido por Albania

Noche de perros la que ha hecho en Albania, lluvia torrencial, vientos huracanados, tormentas por todos lados, pero a eso de las 10.30 de la mañana, el sol se abrió entre las nubes, así que me despedí de los amigos del hostal y a tirar millas.

La idea era llegar a Grecia para quedarme cerca de Meteora, pero las carreteras secundarias albanesas y el GPS me han jugado una mala pasada. He estado dando vueltas por Albania hasta que un camionero me ha explicado cómo salir. Je, siempre aparece alguien que te echa una mano.

He preparado mi primer café en ruta con el nuevo hornillo de gasolina y casi echa arder entero, creo que me trae más cuentas pedirlo en cualquier bar de carretera, pero, y lo bien que te sientes cuando te haces las cosas tú mismo?

También he pillado una zona en obras de unos 10 kms camino lleno de baches, me daba la sensación de que en cada metro la africota se iba a partir en dos del peso que soporta, pero ha aguantado como una campeona. Ha sido una biena prueba de fuego para lo que espera en Kazajstán y Mongolia.

La zona del Lago Ohrid es impresionante, pero como no, la lluvia ha vuelto a saludarme y con intensidad hasta la puerta del hotel en el pueblecito de Tsotilis, en Grecia. Otra frontera más que he cruzado sin quitarme ni siquiera el casco y las gafas de sol.

En Albania hay al menos 10 gasolineras cada 2 kms, pero ninguna acepta pago con tarjeta, a lo sumo en euros, pero ojo, que intentan timarte con el cambio, en cambio, ha sido cruzar a Grecia y me ha costado encontrar una gasolinera que estuviera operativa, ufff, al final he podido llenar el depósito cuando me quedaba menos de 1 litro.

En la carretera por la que he entrado a Grecia hay carteles de cuidado con los osos. Al principio te hace gracia, pero después de 30 carteles, sin gasolina y nadie en la carretera, empiezas a acojonarte un rato, jajaja.

Mañana a Athenas y de camino visitaré Meteora