9 de junio de 2016
Hoy vuelvo a darle al coco, pero esta vez nada melancólico, todo lo contrario, y es que con los mensajes de apoyo de familiares y amigos y con las vistas desde el Ferry alejándome de la costa de Italia, viendo los acantilados de Ancona con un precioso atardecer, tengo una sonrisa de oreja a oreja ante la bonita estampa que presencio.
Han desaparecido las dudas de si la moto pesa demasiado, y de lo que ocurra en un futuro, ya veremos.
Hay que vivir el presente y eso es lo que estoy haciendo.