
CUBA – La Habana (19 sept 2017)
La última etapa en el país la pasamos de nuevo en la capital, La Habana, donde todo está ya prácticamente normal tras el huracán, dentro de la normalidad que se puede encontrar uno en esta ciudad, con sus viejos edificios coloniales que parecen que se van a caer tras décadas sin ningún mantenimiento, coches clásicos de los años 50 echando humo muy muy negro, gente sentada en las puertas de sus casas sin hacer nada en todo el día, calles llenas de suciedad, … paseando con un amigo local, tiró al suelo una botella de plástico y al preguntarle que por qué no la tiraba a una papelera me respondió: “Si los dirigentes no cuidan el país, ¿por qué lo voy a hacer yo?”
Pero La Habana también tiene su encanto, y por suerte supera con creces a sus aspectos negativos: su gente, siempre alegre y simpática, sus ‘tasquitas’ donde tomarse una cerveza mientras escuchas música típica cubana, deleitarse con la música de algún piano bar, plantarse en la Plaza de la Revolución en el mismo sitio donde Fidel daba sus eternos discursos, visitar el Hotel Nacional, el cual te transporta a otra época, caminar junto a la embajada americana, fuertemente protegida, noches de fiesta hasta altas horas en los muchos garitos que hay repartidos por toda la ciudad, … en fin, que tras 20 días por la isla, no me quería venir, con éso está dicho todo!