LOS ANGELES (25 enero 2017)
En Pismo Beach me despido de Josh y continúo viaje en dirección sur, destino Los Angeles, pero no por la ruta más corta, sino recorriendo otra bonita carretera de la zona, la 33, con nieve y frío en su parte Norte y sus preciosas vistas en la cara Sur, con parada incluida en el restaurante de carretera ‘The place’ donde doy cuenta de un suculento ‘lunch’ acompañado de la curiosa decoración del lugar.
Después, todo bajada hasta Malibú, donde me encuentro de nuevo con el Pacífico, creo que no me cansaré nunca de ver su belleza en su lucha continua con la costa, pero para llegar a Los Angeles he tomado otra famosa carretera, la ‘Mulholand’, de la que seguro has visto infinidad de vídeos de motos haciendo sus curvas en Youtube.
En L.A. me estaba esperando Danny, un amigo mexicano que conocí en el Gran Cañón y me invitó a pasar unos días en su casa a mi paso por la ciudad. He ido a su encuentro en el lugar en el que trabaja, CARLAS CAFÉ, en los estudios de la CBS, donde me ha presentado a sus compañeros; todos allí sabían de mi llegada y me han preparado una magnífica cena.
Para dormir me ha buscado la casa de otro de sus compañeros, Carlos, donde, junto con su padre, D. Charly, charlamos un rato acerca de viajes y anécdotas mientras tomamos unas ‘Modelos’ bien frías.
Como no puede ser de otra manera, visita obligada al cartel de Hollywood … Wow! Después de tantos kms y tantas cosas avistadas, aún se me pone la piel de gallina cuando observo con mis propios ojos algo que he visto tantas veces en la T.V. y que pensaba que nunca vería de cerca. Visito también el downtwon dela ciudad con sus enormes rascacielos y, por supuesto, el Hollywood Boulevard, la calle donde están las estrellas con los nombres de los famosos.
El tráfico es terrible en L.A., millones de coches circulan por la ciudad, aunque moverse por allí no es complicado gracias a las Freeway, gigantes autovías de 8 carriles que están siempre colapsadas.
Por la tarde, Danny y Andrea me llevan a Santa Mónica, a ver el famoso muelle y hacer la foto con la señal del final de la Ruta 66. Las vistas del atardecer desde el final del muelle son espectaculares, que unido a la música de Led Zepellin tocada por uno de los muchos músicos callejeros que allí prueban suerte, hacen que se convierta en un momento mágico y que permanecerá para siempre en mi memoria. Tras cenar con una buena ‘plática’, rematamos la noche visitando el bar de un familiar de Andrea, The Corner, con una excelente decoración y un ambiente perfecto para tomar una cerveza tranquilamente.
Es viernes y tengo que acercarme a la frontera pues el domingo se me cumple el visado en USA, pero además tengo que hacer la importación temporal de la moto en un banco mexicano; pensando que no abrían en fin de semana, me levanto muy temprano para intentar cruzar la frontera ese mismo día, pero al llegar a despedirme de Danny, éste llama a la sucursal y le confirman que para ese trámite están abiertos todos los días, incluidos los fines de semana.
Por tanto, la despedida de Danny y sus compañeros es más tranquila. No sé cómo agradecer todo lo que han hecho por mí estos nuevos amigos, incluso hicieron una colecta entre todos para recaudar algo de dinero y entregármelo para que me sirva de ayuda en mi viaje. Os recordaré siempre, amigos: ¡Las mejores vibras!