“¿Madrugar?, ¿éso qué es?» – Zárate – ARGENTINA (21 enero 2018)
“¿Madrugar?, ¿éso qué es?” Esas fueron las palabras, medio en broma, medio en serio, que le escribí a Alejandro por whatsapp cuando me indicó que llegara temprano a su casa, y en domingo!
Alejandro se puso en contacto conmigo por primera vez cuando se me rompió el amortiguador en Perú, hace unos 3 meses, ya que al pedir ayuda por Facebook, en seguida me llamó para ofrecerse pues reparaba amortiguadores y podría enviarle el mío y arreglarlo sin coste alguno, pero el problema era el asunto de las aduanas, ya que él estaba en Argentina y yo en Perú, siendo casi imposible el envío de repuestos entre ambos países, así que encontré la solución por otro lado pero el contacto quedó ahí.
Posteriormente, cuando estaba en Chile, también me ayudó a intentar conseguir el seguro de la moto para poder circular por Argentina, poniéndome en contacto con un agente de seguros, aunque finalmente no pude contratar esa póliza … pero ésa es otra historia.
Tras esta pequeña presentación acerca de lo mucho que ya me había ayudado Alejandro, cuando me dijo que llegara temprano a su casa, tenía que hacerle caso, así que a las 6.30 a.m. ya estaba levantado en casa de Néstor, Madariaga: Desayuno, despedida y a tirar millas pues me quedaban 500 kms de ruta, en domingo, por una carretera que une Buenos Aires con la costa y en plenas vacaciones de verano, debiendo atravesar la enorme ciudad con el añadido de un calor sofocante, por lo que se preveía que la travesía no iba a ser fácil.
Finalmente llegué a su casa a las 13.00 h y entonces comprendí su premura … yo pensaba que era porque tenía algún compromiso pero en realidad era porque me estaba esperando con ¡un rico asado!, así que llegué justo para las presentaciones, una cerveza bien helada y sentarme a la mesa con el resto de la familia: Marisa, su linda y encantadora esposa y sus tres hijos.
Un mes antes había cambiado ya el amortiguador por uno que me trajeron el ‘Pi’ y Pedro desde España, así que no estaba en mis planes volver a ‘tocarlo’, pero cuando Alejandro me propuso revisarlo, acepté, pues no iba del todo bien debido a que la moto va muy cargada y había que ponerle un muelle algo más duro, así que esa misma tarde, tras una ducha y una siesta con aire acondicionado, que por estos lares se agradece, y con la ayuda de Marcos, su cuñado, sacamos el amortiguador de la africota. Después dejamos al ‘maestro’ que actuara; creo que Alejandro sería capaz de desmontar el amortiguador con los ojos cerrados y antes de que nos acabásemos la primera cerveza, ya tenía cambiado el muelle, puesto nuevo líquido y llenado con Nitrógeno … un crack!
Buenas charlas de sobremesa nos hemos pegado sobre viajes en moto, pues él y su esposa también son viajeros empedernidos, contándome algunas de sus divertidas aventuras, como cuando fueron a Ushuaia hace 20 años en una custom cuando toda la Ruta 40 era de ripio; o de su viaje a Europa con otros amigos, alquilando las motos en España. Ahora está preparando una ruta por la carretera Austral, así que estuvimos entretenidos mientras veíamos los diferentes pasos fronterizos para evitar el alud de tierra ocurrido en Santa Lucía, entrándome unas ganas tremendas de acompañarlos …
Pero el viaje debe continuar hacia otras direcciones, las Cataratas de Iguazú me esperan, así que toca despedirse de esta gran familia que tan bien me han tratado, acompañándome, él y su hija, unos kms en mi salida de la ciudad.