Ríonegro – Colombia (25 de agosto de 2017)
Álvaro es juez de caballos a nivel internacional y ha venido desde España a Colombia para juzgar un concurso que se celebra anualmente en Rionegro. Es uno de mis mejores amigos, así que dado que yo estaría en esta fecha por Colombia, cuadré mi ruta para poder pasar unos días con él, y qué días! Lo hemos pasado genial y es que se agradece ver una cara de un amigo después de tanto tiempo. Anécdotas hay unas cuantas, ahí van algunas de las que se pueden contar: Los primeros días me quedé en el hotel de lujo en el que se alojaba, pero de incógnito, haciéndome pasar por él en alguna que otra ocasión para aprovechar el desayuno, guardar la moto en el parking o para pedir el duplicado de la llave. Una vez que se acabó el ‘chollo’, nos fuimos a un hotel en el centro, por fuera no parecía nada raro, pero una vez que reservamos la habitación y subimos, descubrimos que era un hotel cuyas habitaciones se alquilaban … por horas, je, con espejos por todos lados, luces de neón y ‘lap dance’; con razón se reían tanto en la recepción cuando nos vieron subir. Los días siguientes ya nos veían más normal y se escuchaba decir “… la habitación de los chicos…”
Además he conocido a mucha gente en el concurso, entre ellos a Falete, otro cordobés, amigo de Álvaro desde hace mucho tiempo, el cuál lleva en Colombia 6 años, haciendo de perfecto anfitrión durante nuestra estancia aquí: guiándonos por la zona, presentándonos a sus amistades, alojándonos en su preciosa cabaña en la montaña, ofreciéndonos jamón ibérico, queso manchego y aceite de oliva en una deliciosa cena e incluso ‘sacándonos’ de fiesta a conocer la noche de Medellín. Nos veremos pronto en España, amigo.