TAIL OF THE DRAGON 22-nov-2016
No recuerdo cuantos años hace que veo por internet fotos de esta carretera y seguro que los amantes de las motos han visto alguna de motoristas rodando por ella … se trata de la Tail of the Dragon … una de las carreteras más famosas del mundo, con sus más de 300 curvas en sólo 11 millas, con un buen marketing, eso sí, porque tienen un buen sarao montado al comenzar (o acabar) la ruta.
El día amanece perfecto, soleado y no demasiado frío. Mientras desayunamos, Susan y yo, comentamos la ruta con un gran mapa de la zona delante y es que ambos estamos con ganas de rodar. Hemos quedado con otros dos amigos de Susan: Dana y Jamie, pero antes de su encuentro, hacemos una parada en la tienda de motos Dual Sport Touring, donde el dueño, muy simpático, me enseña sus motos que tiene en la trastienda: una Gas-Gas, una TW200, una GS con sidecar y otra BMW clásica. Intercambiamos stickers y acaba regalándome 1 litro de aceite para la Africota. Si estás con tu moto por las Smoky Mountains y necesitas algo, te recomiendo que lo visites.
Bueno, al lío … Tras recoger a los nuevos amigos en una gasolinera (sí, aquí también quedan en las gasolineras), nos dirigimos directamente a las 11 millas famosas. Esta gente anda muy rápido, así que me cuesta seguirles el ritmo pero la sonrisa de oreja a oreja que se dibuja en mi cara dentro del casco y el corazón bombeando con fuerza son indicadores inequívocos de que me lo estoy pasando bien.
Al final de la ruta están las dos tiendas famosas del lugar, pero estamos fuera de temporada y ambas se encuentran cerradas, aunque se agradece, pues así el tráfico es menos intenso, ya que comentan que hace un par de semanas era casi imposible circular por aquí debido a la cantidad de motos que había. Pero sí que está el árbol donde todos aquellos que han ‘besado el suelo’ en la Dragon hacen sus ofrendas. Te puedes encontrar de todo: Desde depósitos de Harleys hasta discos de frenos de alguna Hayabusa.
Tras el ‘lunch’ en un restaurante a la orilla del río, continuamos por más carreteras espectaculares (aunque no tan famosas, no sé por qué pues merecen la pena tanto como la Dragon) y es que esta región es el paraíso de en el que todo motorista le gustaría vivir: carreteras sinuosas, con buen asfalto y unas vistas espectaculares tras cada curva. Además, en esta época del año estos frondosos bosques ofrecen una multitud de colores (verdes, amarillos, rojos …) que mi retina de hombre no acaba por terminar de identificar.