2016-07-12 Desierto de Kazajstán
Un día largo y completito en Kazajstán
Había que hacer 600 kms desde Aktobe hasta Aral, cruzando el desierto, sin gasolineras y sin cobertura en el móvil, así que Mihail (mi compañero ruso de ruta por unos días) y yo nos levantamos temprano, 7.30 hora local, 2 horas y media más que en España.
Los primero 200 kms añadieron más tensión al día, que ya se imaginaba duro. Comienza a llover, mucho tráfico de camiones y la carretera empeora bastante con respecto al día anterior, muchos baches, obras y carretera rayada, tanto como yo, porque noto la moto inestable y no sé si es por el viento, la carretera o los rodamientos que están otra vez dañados.
Una vez llegamos a Karabutak, hacemos acopio de gasolina y agua, aunque fue algo difícil ya que encontramos un par de gasolineras sin ‘benzine’. Como el día no está muy caluroso, principalmente gasolina, depósito lleno y dos garrafas adicionales de 5 litros cada una, parecen suficientes para afrontar el tramo.
La carretera mejora considerablemente, excepto algún socavón de vez en cuando y el tráfico disminuye. De repente la tranquilidad llega y al nuestro alrededor sólo se ve una inmensa llanura, ponemos nuestras motos en paralelo, nos miramos y no necesitamos nada más para transmitirnos la sensación tan especial de estar rodando allí, en medio de la nada, impregnándonos de toda la esencia de ese lugar tan mágico.
Hacemos una parada en mitad del camino para cargar gasolina de los tanques adicionales y comer algo, y en ese momento se para junto a nosotros otro motorista, el Druida, de Kirguistán.
Tanto Mihail como él se dirigen a otra ciudad 200 kms más allá de Aral, mi destino inicial, así que entre ambos me convencen para que vaya con ellos, ya que les esperan un grupo de amigos para pasar allí la noche. No hizo falta que me lo dijeran 2 veces, por lo que al final la jornada se alarga otras 3 o 4 horas más.
Si quieres saber lo ocurrido en la ciudad de destino, mejor me lo preguntas en persona con una cerveza de por medio.