Avería en la Ciudad de México 9 mar 2017
Tras patear la ciudad durante unos cuantos días con la moto a buen recaudo en el parking del hotel, la salida de esta enorme urbe no fue tan tranquila como la entrada, y es que tras un buen atasco y cuando estaba a punto de entrar en la autopista que me llevaría hasta Puebla, la africota decide pararse en medio de una calle de cuatro carriles. Como pude y entre los coches pitando y los autobuses pasando muy cerca, pude arrancar la moto con el arrancador de batería, pero a las pocas decenas de metros de nuevo la moto se para y esta vez no hay manera de arrancarla, así que la empujo hasta la acera y decido llamar a la grúa para llevarla a Puebla, a casa de los padres de Octavio, y allí tratar de repararla tranquilamente.
Tras más de dos horas esperando la grúa, por fin aparece, haciendo un tremendo ruido, el camión que llevará a mi compañera. Y no sólo a ella, pues la compañía de seguros me indica que por seguridad debo ir en el camión acompañando al vehículo remolcado, aunque no sé a qué tipo de seguridad se refería ya que no había cinturón además de todo el cuadro eléctrico rozando con mis rodillas.
El viaje hasta Puebla, de apenas 130 kms, fue movidito, y no sólo porque las suspensiones del viejo camión, con más de un millón de kms, fueran inexistentes, sino porque primero pillamos un enorme atasco a la salida de la ciudad, además de las 2 paradas que tuvimos que hacer para echar agua en el humeante radiador mientras subíamos las montañas adyacentes al volcán Popocatepetl, de 5.426 metros de altitud, al no poder pasar de 30 km/h porque el viejito motor no daba para más. Además hicimos otra parada extra para ayudar a otro camionero que se había quedado sin combustible a escasos 3 kms de la siguiente gasolinera.
Tardamos casi 5 horas en hacer esos 130 kms que nos separaban de Heroica Puebla de Zaragoza, y es que sí, ha sido una heroicidad de viaje pues creo que la moto ha sufrido más ‘botes’ que en todo el recorrido por Mongolia, pero la Africota ya se encuentra en la casa de mi amigo, lista para ser reparada de sus problemas eléctricos, probablemente de regulador (otra vez) o de alternador, pero ésa será otra historia.