Cusco – PERU, 1ª parte (12 nov 2017)
Con la bomba de gasolina antigua recorro los 200 kms hasta Cusco, llegando a casa de Pol, sitio que me había recomendado Jaime en Ica. Pol ofrece una habitación a un buen precio, aunque la ducha deja algo que desear, sobretodo porque hasta el cuarto día no descubrí cómo funcionaba el agua caliente, pero tras los gastos de los diferentes talleres en las últimas semanas, viene bien ahorrar en alojamiento.
Pol me lleva de ruta turística por la ciudad y me presenta a Alvaro, un guía local que conoce al dedillo todos los rincones de Cusco y sus alrededores, así como diversas rutas por las montañas que rodean a la ciudad, contándome numerosas historias de tesoros escondidos, templos míticos y la energía que puedes encontrar en diversos lugares. Además, como Pol no tiene sitio para guardar la moto, Alvaro permite que la guarde en el patio de su casa.
Mi plan para visitar Machu Pichu era ir en moto hasta la hidroeléctrica, de allí caminar 12 kms hasta Aguascalientes, dormir en esta población y al día siguiente subir a la Montaña Sagrada, pero al conocer a Alvaro y escuchar sus historias, decido que sea mi guía por lo que nos desplazaremos hasta la hidroeléctrica en furgoneta en lugar de hacerlo en moto pues no me fío de que el amortiguador aguante el peso de los dos.
Los primeros días en Cusco me dediqué a intentar solucionar el problema de la bomba de gasolina, pero tras recorrer muchas tiendas de repuestos de motos y coches me doy cuenta que va a ser muy difícil encontrar un repuesto que le valga. Así que dedidí comprar una de emisión continua pero tiene demasiada presión y al montarla inunda los carburadores, derramando la gasolina por el rebosadero. Por las redes sociales me indicaron que con una válvula reductora de presión podría solucionar el asunto pero también imposible encontrarla, así que, cuando ya me daba por vencido y me iba a casa, un ‘tío’, siempre aparece un tío, estaba parado al lado de la moto y empezamos a charlar, al comentarle el problema me indicó que conocía a un buen mecánico cerca, pero cuando llegué el taller estaba cerrado; de nuevo a pareció el hombre y llamó al mecánico con su teléfono y me puso con él, éste me comentó que podía utilizar una bomba de un Daewo Damas, e incluso me indicó el sitio exacto donde conseguirla … bien! Ya tengo una bomba que debe funcionar.
Pero es tarde y al día siguiente quiero visitar el Valle Sagrado, 200 kms de ruta por diferentes yacimientos arqueológicos, así que decido dejar puesta la bomba antigua hasta que aguante.