El Gran Cañón 23-12-2016
Ha dejado de nevar, pero toda la noche ha estado lloviendo y con bastante frío, tanto que he dormido con guantes y un gorro de lana que me regaló Larry (mi vecino en el camping), pero amanece despejado, así que recojo la tienda temprano y tras un desayuno potente en la caravana de mis vecinos y con una bolsa llena de galletas caseras que me han regalado … tiro millas!
Primero visito el Mexican Hat, una piedra suspendida encima de otra que asemeja al sombrero de un mexicano, sorprendente lo que la erosión puede llegar a formar, y dependiendo desde donde se mire y con un poco de imaginación, sí que se parece.
Continúo hacia Monument Valley … dicen que es espectacular; ‘dicen’ porque con la densa niebla que cubría todo no he podido ver absolutamente nada, sólo las luces tenues de la autocaravana que iba delante mía durante muchos kms pues no me atrevía ni a adelantarla, esperando a que en el Gran Cañón hubiese más suerte.
Conforme avanzo, el sol hace acto de aparición y también infinidad de coches y turistas, no estando acostumbrado a ver tanta gente en la mayoría de los Parques Nacionales que he visitado hasta ahora y es que se nota que es víspera de festivo.
Pero al llegar al Parque y comenzar a ascender, de nuevo hielo en la carretera y la niebla vuelve a inundarlo todo, así que apenas he podido apreciar un poquito de la majestuosidad del Gran Cañón. Ya es la segunda vez que me ocurre algo parecido, pues la anterior vez que estuve aquí tampoco pude verlo pues se me hizo de noche, … quizás a la tercera haya más suerte. Además, frío intenso y un fuerte viento hacen que las manos se queden congeladas en cuanto te quitas los guantes para tomar alguna foto, quedándome casi sin fuerzas en las mismas para volver a ponerme toda la indumentaria (Casco, guantes, …)
Al menos me llevo el calor humano, y es que he conocido una pareja de mexicanos que viven en Los Angeles. Hemos estado charlando un buen rato y me han invitado a quedarme en su casa cuando pase por allí. También he charlado con una familia india que me han dado fruta y agua.
Salgo del Gran Cañón y estoy en plena ruta 66, pero la noche se me echa encima y decido parar en un viejo motel de carretera que sin duda ha vivido tiempos mejores, al igual que el resto de edificios y establecimientos del pueblo.