Jujuy – ARGENTINA (1 diciembre 2017)
Mes nuevo y país nuevo, nada menos que Argentina!!! Cruzo desde Chile por el paso de Jama y todas las palabras se quedan cortas para describir la belleza de estos parajes: volcanes, desiertos, salares, montañas de infinitos colores, dunas, riscos, … y altura, mucha altura, llegando en algunas ocasiones a superar los 4.500 metros.
La frontera es bastante rápida y organizada: Ventanilla 1, migración chilena; ventanilla 2, migración argentina; ventanilla 3, aduana chilena y ventanilla 4, aduana argentina, todas juntitas en el mismo edificio y una a continuación de la otra.
En una de las ventanillas, el señor que estaba haciendo cola en la de al lado me cambia 5 dólares que me quedaban por pesos argentinos para el menos comer hasta que encontrase un cajero automático, pensando que en la gasolinera de la frontera se podría pagar con tarjeta, pero no es así y toca cambiar los pesos chilenos en un puestecito de comida a un cambio no muy favorable, sumado el precio bastante caro de la nafta en este lugar.
Unos 100 kms, en el siguiente pueblo, la misma historia, nada de pagar con tarjeta, debiendo ir al cajero para sacar ‘plata’ argentina, con una comisión de casi 9 euros, y volver a la gasolinera para poder obtener el preciado combustible.
A partir de ahí, de nuevo paisajes de otro planeta y viento, mucho viento en contra que unido a la altura, no me permite avanzar a más de 60 km/h, pero la bajada hasta Purmamarca lo justifica todo, con espectaculares curvas y contracurvas, haciendo las delicias de todo motociclista.
Me desvío algo de la ruta para alojarme en Humahuaca en un hostel para motociclistas cuyo dueño, Gustavo, es un apasionado de las dos ruedas con multitud de motos restauradas y por restaurar en el interior del edificio, donde coincido con otros 4 ‘motoqueros’ que me invitan a unas Quilmes mientras degustamos la carne preparada por Gustavo. Primera noche en Argentina y ya estaba zampándome un rico asado!
Al día siguiente subo a ver la colina de los 14 colores y mientras estaba extasiado contemplando esta belleza de la naturaleza, se me acerca Horacio para preguntarme por mi viaje, finalmente me invitó a come con su señora en su preparadísima autocaravana, compartiendo con ellos un buen rato con una distendida charla, esto son sólo un par de muestras de la amabilidad del argentino.