San Pedro de Atacama – CHILE (29 nov 2017)
Oasis en este famoso desierto chileno, convertido en un pueblo turístico, pero a la vez muy tranquilo, aunque pueda resultar contradictorio, pero aquí se da esa paradoja ya que el visitante intenta adaptarse a esta manera relajada de vivir, quizás motivado por el sofocante calor. Existen gran cantidad de sitios cercanos para visitar, todos relacionados con el desierto y con las cordilleras que lo rodean, ya que forman unos angostos pasos que parece que te has transportado a otro planeta, como por ejemplo las Siete Lagunas Escondidas, manantiales de agua mezcladas con la sal del diserto que hacen que sea imposible que te hundas, eso sí, al salir y secarte, quedas todo emborrizado en sal.
No te debes perder el atardecer en el Valle de la Luna, con los últimos rayos de sol se ilumina toda la cordillera en una infinita gama de colores, pudiendo ver flotar la luna sobre la punta de uno de sus muchos volcanes.
En el hostel donde me alojo conocí a Linda, una chica española, también muy viajera y que lleva ya unos cuantos días por San Pedro, así que me enseñó los mejores sitios para tomar unas frías cervezas, es curioso que en todos los sitios no se puede servir sólo alcohol, debe estar acompañado con algo de comida, además, en casi todos los garitos hay música en directo pero, sin embargo, está prohibido bailar por normativa municipal, y ojo porque la policía va por todos los garitos para ver si la gente está cometiendo ese grave delito.