Patagonia – ARGENTINA (27 dic 2017)
Esta región de Argentina es enorme, con unas distancias entre poblaciones tan grandes que se hacen interminables, como pudimos comprobar a la vuelta de Ushuaia.
Queríamos estar en Bariloche para Nochevieja; en Ushuaia nos dijeron que era imposible hacerlo en 5 días, y menos con motos de 200 cc. Partimos de Ushuaia con la presión de tener que estar en la frontera antes de las 16.00 h pues era la hora límite para recoger la documentación ‘requisada’ de las motos. A los 50 kms de ruta, el primer contratiempo: En la montaña Garibaldi, la moto del Pi vuelve a pinchar. Intentamos repararla con un parche, pero los anteriores que ya tenía la cámara se están despegando, así que cambiamos de estrategia y ponemos una cámara que yo llevaba de repuesto, que aunque no es de la misma medida, nos hizo el apaño, ayudándonos un camión y un 4×4 a inflar el neumático con sus compresores.
Después comenzó el fuerte viento lateral que nos ralentizó mucho la marcha, llegando a la frontera con la hora justa para recoger la documentación antes del cambio de turno. Ufff, por los pelos! Ya más tranquilos, seguimos camino pero con viento, ripio, más viento, ferry, aún más viento y otra frontera, la de entrada de nuevo a Argentina, donde la moto del Pi estuvo a punto de ser requisada (o secuestrada, como dicen aquí) porque la había sacado ilegalmente del país, pero había sido por un fallo en la administración, ya que no debían haberle dejado sacarla, pues un extranjero no residente no puede sacar una moto con matrícula argentina. De nuevo, caritas del ‘gatito de Shrek’ y un ‘Prometo no volver a hacerlo’, le permitieron pasar con un “Yo no he visto nada, pasad rápido”. De ahí todo tranquilo hasta Río Gallegos donde ‘Gato Felini’, del Club Depredadores del Asfalto, nos estaba esperando para alojarnos en casa de un amigo suyo. Primera etapa, más de 600 kms avanzados, vamos bien!
Para la siguiente jornada teníamos como destino El Calafate, ver el Perito Moreno y continuar otros 200 kms, pero el fuerte viento en contra impedía que las Motomel avanzaran a más de 60 km/h. Cuando llegamos a El Calafate, paramos a repostar y se me acerca un señor diciéndome que es Eduardo, nos conocíamos de Facebook pero no en persona, nos había visto pasar y nos siguió hasta que paramos. Nos ofreció su casa para esa noche, no estaba en nuestros planes, pero tras visitar el Parque Nacional Perito Moreno, espectacular, por cierto, decidimos quedarnos en su casa, pasando una divertida velada contando la ‘Experiencia Motomel’.
Al día siguiente pasamos por ‘Los 73 malditos’, un tramo de la Ruta 40 de ripio en bastante mal estado, muy conocido entre los motociclistas por la dureza de cruzarlos, ya que el fuerte viento lateral te saca de la rodada, haciendo casi incontrolables las motos, avistando el suelo muy de cerca en varias ocasiones. Por suerte, no pasó a mayores y tras un cambio de cadenas (la segunda en apenas 9.000 kms) de las Motomel en Gobernador Gregores, pudimos llegar a Perito Moreno (pueblo), ya de noche, a pesar de que el viento lateral nos machacó nuestro dolorido cuello.
De allí a Bariloche, ‘sólo’ 800 kms, que con un frío intenso y nuestro amigo, el viento patagónico como azote continuo, rodamos sin mayores incidencias hasta llegar a El Bolsón, a apenas 100 kms de Bariloche. Espectaculares esos últimos kms por el valle entre montañas nevadas y lagos, con los últimos rayos de sol reflejándose en los blancos picos, quedando en nuestras retinas para siempre. Llegamos a casa de Eli ya de noche, reventados pero satisfechos por haber podido realizar los 2.500 kms en tan solo 4 días, uno menos de lo previsto y más aún por haberlo hecho en estas motos que se rompen a cada km … el que no viaja es porque no quiere, je!
