
Urubici – BRASIL (17 febrero 2018)
Población situada en plena Sierra Catarinense … sí, Brasil también tiene sierra, llueve y hace frío. Muy turística esta zona pues está situada en un enclave natural magnífico, con cascadas, acantilados, grutas, cuevas, montañas nevadas y, sobretodo, carreteras con curvas, muchas curvas, haciendo las delicias de los motociclistas brasileños, que cada fin de semana pueblan la ciudad para rodar por una de las rutas más impresionantes del mundo: Serra do Rio do Rastro.
Debido a su popularidad, encontrar alojamiento a buen precio se hace complicado, y mi maltrecho bolsillo no está ya para muchas alegrías, pues se acerca la hora de cambiar de continente y el billete de la africota no será barato. Así que desde el Club Falcoes de Treze Tilias me pusieron en contacto con Rebeca, que en seguida me ofreció su casa para darme alojamiento.
Magnífica anfitriona, llevándome la primera noche a la finca de unos amigos donde nos sentamos alrededor de una hoguera mientras nos deleitábamos con los cientos de luciérnagas que brillaban a nuestro alrededor como si estuviéramos envueltos en lucecitas de navidad.
También me acompañó a visitar todos los puntos de interés de la zona, pero lo que más me ha sorprendido de ella es lo claro que tiene sus preferencias en la vida, a pesar de su corta edad, apenas 23 años. Ella vivía en la agobiante ciudad de Sao Paulo y un día se cansó de esa estresante vida y decidió salir a viajar en su pequeña Honda Biz de 125 cc. Con ella rodó por gran parte de Sudamérica, desafiando no sólo a las vicisitudes propias del viaje, sino a la incomprensión inicial de la familia, que quizás fue lo más difícil de lidiar. Al regresar de su viaje, pasó por Urubici, encontrando la paz y tranquilidad que necesitaba, donde sigue estudiando y trabajando, pero sabe que la carretera la volverá a llamar como así lo demuestra que todas sus pertenencias caben en el ‘baulete’ de su moto, “La Bizoca”.