9, 10, 11, 12 y 13 de Agosto – SIBERIA y buena gente por el camino
A pesar de su belleza, no ha sido fácil cruzar Siberia … las distancias entre poblaciones son enormes y la gasolina no siempre se encuentra; cambios de temperatura, lluvia, frío, calor, … Además en cada sitio nos advertían que tuviésemos cuidado con los ‘bandidos’, que al parecer abundan por la noche en esta región, aunque nosotros lo único que nos hemos encontrado es buena gente y es que en cada ciudad o pueblo que hemos parado, teníamos contactos que nos habían pasado antes y hemos dormido en sus casas o en su clubes:
Moto Club de CHITÁ, donde no había ni luz ni agua, pero sí buena gente que nos acompañó hasta altas horas de la madrugada.
Moto Club IRON ANGELS de MOGOCHA, donde también estaba alojado otro biker ruso con una Africa Twin que venía de Magadán con la moto en bastante mal estado. Al día siguiente se despidió, volvió al rato con la moto pinchada y en 5 minutos la reparó y es que los rusos son de otra pasta.
Casa de Sergey en SVOVODNY: Nos presentamos en su casa casi sin avisar y no dudó ni un solo instante en acogernos y darnos de cenar acompañados de un excelente vodka casero.
MCC GHOST de BIROBIDZHAN: Gran recibimiento con cervezas y cena hasta las tantas, pero los mosquitos nos estaban comiendo ‘literalmente’ así que dormimos en casa de Maxim, un miembro del club, donde pudimos ducharnos, que después de una semana ya olíamos a distancia.
En todos estos miles de kilómetros yo seguía con solo un disco delantero y todos los que nos acogían intentaban buscarlo en su zona o en las ciudades siguientes, pero era imposible encontrar nada hasta Vladivostok.
Uno de los días por Siberia nos cayó una buena manta de agua, así que ese día decidimos dejar de rodar temprano, sobre las 16.00 o así, y buscar refugio en uno de los poco moteles de carretera que encontramos por esta zona. Está justo al lado del cruce donde tienes que decidir si te diriges a Magadán o Vladivostok.
Estábamos ya a punto de irnos a dormir (a las 23.00 horas, más o menos) cuando aparecen en el hostal 2 Holandeses que habíamos conocido una semana antes en Ulaan Baatar, un padre y su hija (cada uno con su moto), que viajan desde Holanda hasta Japón. Llegaron empapados y con bastante frío y el hotel lleno, así que Ricardo, con su dominio del ruso, hizo las gestiones oportunas para que la recepcionista permitiera que los holandeses durmieran en nuestra habitación. No fue fácil, pero al final los 4 dormimos en una habitación bastante pequeña muy a ‘gustito’ gracias a los lingotazos del vodka que traían nuestros improvisados compañeros.
Pasamos por Javarost y decidimos limpiar las motos que después de más de dos meses de ruta, con polvo, barro, asfalto de las obras y demás, estaban ‘comiítas de mierda’.
En BIKIN dormimos en casa de Sergey, junto a Anatoly, otro biker ruso que vuelve de Magadán y que habla castellano, aunque con fuerte acento sudamericano, ya que se pasó un año viajando por Latinoamérica en una moto que se compró allí. Menuda tormenta que cayó ese día, que hizo que la luz y el agua se cortara en toda la población, pero fue el detonante de una buena cena a la luz de un móvil con Ricardo, Anatoly, Sergey y su padre.
Al día siguiente nos esperaba VLADIVOSTOK, ansiado destino … pero será en el próximo episodio.