COLOMBIA – Cartagena (23 julio 2017)
Tras 24 horas seguidas de navegación y el estómago un tanto revuelto, por fin avistamos … TIERRA!!!, disfrutando de un espectacular atardecer en el océano Atlántico; acto seguido, las luces de Cartagena nos reciben con unas vistas magníficas del skyline de la ciudad, pero es domingo, así que la aduana está cerrada, por lo que pasaremos otra noche más en el barco fondeados en la bahía.
Al día siguiente, los trámites de la aduana se demoraron más de 8 horas pues era el cumpleaños de la jefa de aduanas y parece ser que lo estaba festejando, así que hasta casi las 18.00 no pudimos bajar las motos del barco. Despedidas, abrazos y fotos con la tripulación y el resto de pasajeros y raudo a la casa de mi contacto en la ciudad, Luis, aunque lo de rápido es un decir, pues el tráfico es bastante intenso a esta hora, dándome de bruces con la locura de miles de motos, camiones, coches y pitidos, contrastando abruptamente con la tranquilidad experimentada durante los 5 días anteriores.
Pero el tráfico fluye, hay que adaptarse y hacer como ellos, llegando a casa de Luis aún con luz, pero él está fuera por trabajo, aunque su suegra me estaba esperando. Ducha reponedora y wifi, que tras 5 días en medio del océano, la familia y amigos ya empezaban a estar preocupados.
Finalmente y tras una jornada de 16 horas de trabajo, Luis llega reventado a casa, así que nos fundimos en un fuerte abrazo, charlamos un rato y nos despedimos hasta el día siguiente, compartiendo el salón para dormir con su hermano, cada uno en nuestra colchoneta.